La polémica que rodea a la expansión del virus A/H1N1 (llamado previamente "gripe porcina") no se refleja en los medios de comunicación masivos. Como siempre, la información que transmiten en sesgada y parcial, pues brindan la "verdad" a medias, ocultando datos esenciales como las causas de esta epidemia y, sobre todo, quién se beneficia de ella. Sin embargo, se puede acceder a esta información con un poco de rastreo digital:
La red voltairnet.org (creada por el periodista y activista político francés Thierry Meyssan) recoge la investigación desarrollada por el periodista Fernando Velázquez (del colectivo Pueblos Sin Fronteras). Entre otras tesis que que requieren más contraste, el artículo plantea cómo la epidemia del A/N1H1 está enriqueciendo a las mayores farmacéuticas y laboratorios, como el de Gilead Sciences Inc, donde el ex secretario de Defensa estadounidense Donald Rumselfd fue director y actualmente accionista.
Gilead Sciences es el laboratorio que ha fabricado y patentado el antiviral Oseltamivir (de nombre comercial "Tamiflu"). La farmacéutica suiza Roche, tiene la licencia y lo comercializa a nivel mundial. Este fue el medicamento que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó para tratar en 2005 la gripe aviar (de tipo H5N1) y ahora ha recomendado el mismo para tratar el A/H1N1.
Es curioso que un medicamento elaborado para tratar un tipo de virus se recomiende para tratar otro diferente. El A/H1N1 es una nueva cepa que resulta de la combinación de otras cuatro: un virus de gripe aviar, un virus de gripe humana y dos virus de gripe porcina. El Tamiflu sólo combate uno de estos virus y es inefectivo para los otros tres.
Es curioso además que la recomendación del OMS ya haya aumentado la cotización en bolsa de Roche y Gilead, como hiciera en la anterior epidemia, según recoge El Economista. Este diario menciona una segunda farmacéutica, GlaxoSmithkline. Es la competidora de Roche, pues comercializa otro anitiviral que rivalizó con Tamiflu durante la gripe aviar y ahora con la "porcina": el Zanamivir (de nombre comercial "Relenza").
Aún no se ha contrastado la eficacia certera de ambos antivirales, pero los gobiernos están haciendo pedidos millonarios a las farmacéuticas para tener reservas en caso de que la OMS declare "pandemia", o fase 6 de expansión.
Por ejemplo, el gobierno británico acaba de firmar con las farmacéuticas Baxter y GlaxoSmithKline sendos contratos para asegurar la provisión de 90 millones de dosis de vacuna contra el H1N1 de aquí a diciembre.
¿Dónde se crea el virus?
Además de a sus efectos (sobre el bolsillo de algunas empresas), la polémica también afecta a las causas de la aparición de la nueva cepa. Hay versiones que defienden que son los mismo laboratorios de vacunas quienes producen y liberan los nuevos virus para lucrarse con los medicamentos. No hay, por el momento, prueba de ello (que yo conozca al menos) pero sí la hay acerca de un factor que favorece este fenómeno: el sistema de cría industrial de animales que, en condiciones de afinamiento, favorece la combinación de cepas, la creación de nuevos virus y su expansión hasta el ser humano.
En el inicio de esta epidemia, algunos medios ya apuntaron a la empresa Granjas Carroll, propiedad de la norteamericana Smithfield Foods, la mayor empresa de cría de cerdos y procesamiento de productos porcinos del mundo. Se dijo que el virus A/H1N1 había salido de la sede que Carroll tiene en el municipio de Perote, en el estado mexicano de Veracruz. La entidad ya había sido acusada de contaminar la región con vertidos y de causar el brote de enfermedades respiratorias que afecta a los habitantes de la localidad de La Gloria, ubicada a 10 kilómetros de la central industrial.
Cierto o no, este hecho plantea el problema de la cría industrial de animales y las consecuencias que tiene sobre la población humana, como ya se debatió a raiz de la gripe aviar. La investigadora Silvia Ribeiro recoge en su artículo las conclusiones de la Comisión Pew sobre producción animal industrial en 2008, que afirman que "las condiciones de cría y confinamiento en la producción industrial, sobre todo cerdos, crea un ambiente perfecto para la recombinación de virus de distintas cepas".
Lo aquí expuesto deja muchos interrogantes pero, en síntesis, permite plantear lo siguiente: no es muy "normal" que surga una segunda epidemia de una mutación del virus de la gripe en apenas cuatro años. Ambos se vinculan con la cría industrial de animales, como ocurriera con el caso de las "vacas locas" (tercer fenómeno similar) y, en cualquiera de los casos, los que resultan beneficiados directamente son las mismas tres o cuatro empresas conectadas con la esfera política que promueve y defiende la venta de estos medicamentos.
Y, en todo esto, los medios masivos (que son los que afectan a la opinión pública) no intentan buscar la verdad más allá del discurso oficial y contribuyen, con su cobertura, a "expandir" la epidemia y a multiplicar sus efectos.
Ahí queda.