El oasis... (Capadocia, Turquía)

martes, 23 de noviembre de 2010

Sólo "yo" o el valor de las palabras

 

Hace décadas, siglos, milenios, que no me enfrentaba a esta pantalla en blanco. La mirada interrogante de esta plantilla de blogger que se pregunta de qué "palo" iré esta vez: ¿seré la "periodista concienciada" que relata injusticias para intentar hacer las desgracias ajenas un poco más cercanas al feliz individuo? ¿o quizá Sofía, ese álter ego tras el que ocultarse para escribir desde la intimidad sin la incomodidad del "yo" tan privado? 

Sin plan alguno, hoy sólo soy ese "yo", aunque tenga menos encanto y aunque con ello rompa todas las reglas que un día impuse a este blog. Será la única manera de seguir escribiendo: quitar restricciones, pulir menos, actuar más y hacer, en definitiva, lo que llevo haciendo los últimos meses: improvisar, improvisar e improvisar. 

¿Será esto un indicio (de)formación profesional? ¿Será consecuencia de la inmersión en el mundo (teórico) de los derechos humanos (donde pocas cosas salen a derechas y, por el momento, estoy viendo a pocos humanos fuera del aula)? Hace tres meses comenzó una aventura encaminada a formar a una "periodista especializada en derechos humanos" (esas palabras sonaban tan bien juntas...) Había entonces muchas ganas de aprender y trabajar, y más opciones de hacer lo primero que lo segundo, ergo "voilá"! otra licenciada engrosando las listas de inscritos a los másteres de este país. 

En este periodo, he leído mucho (mucho.....), he pensado más aún (en filosofía se piensa muchísimo y,  si es filosofía del Derecho, con más vueltas si cabe) y he escrito algunos folios que, releídos en la distancia, no logro descifrar.

Ahora unos ojos atentos observan palabras escritas en publicaciones prestigiosas o pronunciadas por "personalidades" de la política y el Derecho que nunca pensé en conocer. Y buscan la relación de lo teórico con la realidad, con lo que late, sangra, respira y siente. Siempre se me han dado mal las abstracciones, buscar el sentido de las palabras cuando se antojaban demasiado lejanas al input del significado inmediato, lo impactante, lo sonoro. Quizá, por esto me cuesta ahora entender la realidad que subyace a los términos de libertad, igualdad, solidaridad que tanto resuenan en la oratoria política y que figuran, dicho de paso, como "valores superiores" de la Constitución Española que rige este país y en sus textos homólogos en muchos otros Estados. 

También, quizá, esta incapacidad derive de una incredulidad hacia estas palabras tan manidas con el uso, malogradas con el abuso y despreciadas por la retórica incompetente. 

En fin, demasiados "quizás" para tan poca praxis acumulada así que, bien sea por miedo al fracaso por o por constancia (dos caras de una misma cobardía), habrá que seguir hurgando hacia el valor de las palabras.


jueves, 5 de agosto de 2010

El regreso


Hace un par de años (casi en otra vida, vamos) solía pasarse por aquí una tal Sofía. Rondaba los veintitantos, era despierta, tan tonta y lista como el resto de los mortales, tan ciega y lúcida como la condición humana permite. Observaba su alrededor (desde la limitada perspectiva que cada uno sustenta), analizaba (para bien o para mal) y, con todo esto, nos relataba su mirada. Por eso, este blog se llamó durante un tiempo "La mirada de Sofía"

Durante sus dos años de ausencia ha llovido bastante. A ratos agua limpia y fresca; otras veces tierra espesa, sucia, como la tormenta que llega de África y cubre España de una capa marronácea, regalándonos un manto de homogénea fealdad. Por lo poco que sé, este periodo ha servido a Sofía para buscarse y no encontrarse (maldito el momento en que uno se encuentra y se ata definitivamente). Las idas y venidas, los viajes (físicos e imaginarios), le han dado la desorientación necesaria para no caer en la cómoda modorra y ahora, me ha dicho, quiere seguir observando el mundo (a ver si con la mirada, como algunos dicen, se puede modificar algo). 

Ayer por la mañana no estaba tan decidida. Había sido una noche larga y bastante prodija en copas, pitillos y otras sustancias repletas de siglas difíciles de memorizar. El sol cegaba la cama desde hacía rato y el gato contribuía al calor desparramando sus tres kilos de pelo persa sobre el colchón. No tener amantes para esto, pensó mientras atizaba  un puntapié al felino, que huyó, no sin antes proferir un buen maullido despechado. 

Se arrastró hasta el baño y hundió la cabeza en el váter, que recibió un abudante caudal de desecho gástrico. Ducha en estos recios episodios matinales, alcanzó su arsenal de pastillas para la resaca, hurgó entre las cajetillas más variadas y alcanzó el blíster de aspirinas: dos para la boca, tragar a palo seco y ¡lista para el arranque!

A ver qué se cuece hoy... es cierto que había prolongado en exceso su periodo de relax y meditación. Ya se había repuesto del mal trago del año pasado y no había excusa para seguir vagueando a costa de penas caducas y dinero familiar. Sin embargo, poco se puede hacer en agosto así que... Había cinco mensajes en su bandeja de entrada. Esperando dar con flyers de alguno de los baretos a los que era asidua, abrió el primer e-mail, "Sin asunto":

We miss you. We hope you are well. Where are you?  

Ella, era ella. Maldita sea. Sofia corrió hacia el retrete y esta vez no eran desechos de alcohol lo que arrojaba, sino recodos de la memoria y remordimientos que había intentado anular. 
Pero no así hay manera, ni es el camino. Sofía sabe que sólo hay una huida del dolor y el miedo, y es hacia adelante, actuando por lo que algún día creyó. Por eso vuelve a la carga, por eso retoma la palabra y el hecho, con todas las dudas, los errores y el fracaso asegurados. Así me lo dijo anoche, ante un vaso de vino, en el bar donde nos conocimos...

viernes, 18 de junio de 2010

Hasta siempre, Saramago

"Que tenía cerca de 90 años", me repetí varias veces para disipar la sorpresa y el sentimiento de  indignación de a quien le arrebatan 'algo' preciado. Aún así, algo no me cuadraba al pensar que José Saramago había muerto esta mañana, sin dar más previo aviso que el paso del tiempo surcando ese rostro siempre vivaz y atento. Me enfadé, porque en estos momentos intentaba recuperar la parte de su obra pendiente y me sumergía en aquella Caverna que hasta hace unas semanas bramaba furiosa en mi estantería de los libros que esperan a ser inaugurados. 

Llevaba más de seis décadas vomitando su crítica vision de la sociedad en poesía y prosa, en novelas, relatos, ensayos, obras de escena. Sus detractores lo acusaban de "espeso", barroco o "espartano",  por esas líneas interminables, austeras en signos de puntuación, que te arrastraban por la página en un laberinto a veces infinito. Pero Saramago, hijo de jornaleros hecho a la dificultad y el esfuerzo, exigía un lector aplicado, que pusiera toda su inteligencia y empeño en la intensa tarea de la lectura. Y el trabajo merecía la pena. 

Por sus casi veinte novelas, el escritor de la pluma estricta tocó casi todos los temas acuciantes de la sociedad actual: las diferencias sociales, el consumismo voraz, la burocracia oxidante, el poder del clero e incluso la religión. En noviembre pasado, anunció que ya estaba trabajando en su próxima novela, en la que atacaría la industria del armamento. Nos quedaremos sin ella, porque la Parca, que en una ocasión retrató de dama caprichosa, hoy ha querido cumplir escrupulosa su tarea.  

Con Saramago se marcha otra de las grandes voces humildes de la literatura actual. En marzo lo hizo Miguel Delibes, que murió en su Valladolid natal unos meses después de que, al ocaso de 2009, se cerrara el telón para Francisco Ayala, que será para siempre, en mi memoria, el escritor del rostro entrañable. 

Menos mal que las palabras, al contrario que las personas, sí pueden ser eternas. Quedarán esperando, con infinita paciencia, a los ojos ávidos que les den vida con cada lectura. De momento, los míos paserán atentos por la vida de Cipriano Algor y su familia, esos pobres alfareros que se enfrentan a los grandes productores a base de testaruda constancia. Un bonito ejemplo que poder seguir, al estilo Saramago.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Segundo Ciclo "Cine y Sociedad: una mirada nueva al mundo" en Sevilla

Waris Dirie, nacida en Somalia, tenía apenas tres años cuando fue sometida a la ablación genital. Diez años más tarde cruzó el desierto para huir de un matrimonio forzoso en su aldea natal hasta llegar a Mogadiscio, capital somalí. Desde allí, su familia la envió a trabajar como sirvienta a la embajada de su país en Londres, donde permaneció después como una de tantas "ilegales" hasta que la mirada de un prestigio fotógrafo la catapultó a las pasarelas internacionales...
Esta historia real, narrada en la novela "Flor del desierto" y adaptada al cine en un film homónimo dará estreno al segundo ciclo "Cine y Sociedad: una mirada nueva al mundo" en Sevilla. El Centro de Acogida al Refugiado (CAR) y la Fundación TUS OJOS de Madrid organizan esta segunda edición con un conjunto de seis obras centradas en temáticas como los derechos de la infancia, los Derechos Humanos, la Educación Intercultural o la Convivencia.


"Flor del desierto" , película de la directora Sherry Hormann recién estrenada en España, se proyectará mañana jueves a las 18.30 en los Multicines Los Arcos, de Sevilla. La entrada es libre y, tras el film, los asistentes podrán charlar con Manuel García, director de la productora TUS OJOS.

Otras cinco películas (una cada mes, exceptuando el estupor veraniego de Sevilla) completan el ciclo:

24 de junio: Al Otro Lado: Esta obra co-producida por Italia, Turquía y Alemania nos transporta hasta un crisol narrativo entre el país asiático y Alemania, donde se cruzan cruzan relaciones emocionales, sociales y políticas. El director turco de origen alemán, Fatih Akin obtuvo el premio al mejor guión en el Festival de Cannes con una obra que esboza las complejidad de un mundo de fronteras permeables y contradicciones abismales.

16 de septiembre: Ciudades Imaginadas. La productora TUS OJOS presenta este documental enfocado en tres de los Objetivos del Milenio de las Naciones Unidas. Una tríada de cortometrajes rodados entre España, Perú y Senegal que pretende mostrar el valor de la educación y la sensibilización para el entendimiento entre culturas.

21 de octubre: Vete y Vive. En 1984, miles de personas procedentes de África llegan a los campos de refugiados de Sudán. Irsael y EStados Unidos orquestran un plan (Operación Moisés) para llevar a los judíos etíopes a Israel. Una madre cristiana convence a su hijo de nueve años para que diga que es judío y así salvarle de una muerte segura. Ya en la "Tierra Prometida", el pequeño adoptará mil identidades y religiones, una falsedad bajo la que se esconde el miedo a ser descubierto y el recuerdo de su madre en Sudán, con quien sueña encontrarse de nuevo. El director Radu Mihaileanu, francés de origen rumano, presenta el drama de África y el conflicto palestino isarelí desde la mirada de este niño desterrado.

18 de noviembre: Paradise Now. Otra visión de la encrucijada de Oriente Medio se encuentra en esta conocida cinta dirgida por Hany Abu-Assad. En Nabluz, ciudad palestina de Cisjordania, dos jóvenes son reclutados para ejecutar un atentado suicidad en Tel Aviv.Tras pasar las últimas horas con sus familias parten a la frontera cubiertos de explosivos...

16 de diciembre: La clase. Esta producción francesa dirigida por Lauren Cantet describe el papel de la enseñanza como resorte de la comunicación y la tolerancia intercultural. El escenario es un instituto de París con un marcado carácter multicultural, donde Francois, profesor de lengua, intenta sembrar entre sus estudiantes la semilla de la reflexión y el espíritu crítico.

sábado, 15 de mayo de 2010

Golpe a Garzón, golpe a los Derechos Humanos. Lo que fuera de España no se comprende

Atónita, con indignación o, cuanto menos, sorprendida. Así ha recogido la prensa internacional la decisión del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) de suspender a Baltasar Garzón por investigar los crímenes del Franquismo. El juez que se convirtió en la imagen global de la Jurisprudencia Universal, la lucha contra los crímenes de lesa humanidad y el fin de la impunidad de dictaduras como las de Chile o Argentina, es procesado en su propio país por aplicar en casa los mismos principios.

A poco de conocerse ayer la noticia, el New York Times reproducía un artículo de la agencia Associated Press bajo el titular Suspendido el juez español que procesó a Bin Laden. El texto comienza contundente: "El juez español convertido en héroe internacional por perseguir a Agusto Pinochet y Osama Bin Laden fue suspendido el viernes por supuesta prevaricación al investigar el que probablemente sea el mayor caso pendiente de la historia de España: las atrocidades cometidas después de su ruinosa Guerra Civil". "Hasta la actuación de Garzón, -- puntualiza-- no hubo investigación oficial de tales atrocidaes, que fueron cubiertas por una ley de amnistía aprobada por el Parlamento español en 1977".
El artículo enfatiza el papel de Garzón y España como promotores del principio de Justicia Universal ("que permite a los Estados afirmar la competencia de sus tribunales para juzgar determinados crímenes internacionales, sea cual fuere el lugar en que se hayan cometido y con independencia de la nacionalidad de los sujetos"). Hasta que, como el diario apunta, las "presiones" de algunos gobiernos tocados por la aplicación de esa ley, como Israel, movieron al gobierno español a restringirla.

En Londres, donde el juez trabajó para lograr la extradición de Pinochet,  el diario The Guardian titula: Suspenden al juez Baltasar Garzón por investigar el Franquismo. Y subtitula: "Se ven motivos políticos en el movimiento contra el magistrado español, que procesó a Pinochet por crímenes de lesa humanidad". El diario británico se hace eco de la sospecha sobre los verdaderos motivos del procesamiento: "La decisión, aunque esperada, conmocionó a los españoles de izquierdas, que lo ven como el último paso de una "vendetta" profesional y política contra el controvertido magistrado".

Varios medios, como el canal público de noticias británico BBC o el Wall Street Journal, se han referido a Garzón como "el juez de la cruzada". Así, el diario económico titula Suspenden al juez de la cruzada en España, en un árido texto que recorre su carrera truncada : "adquirió fama global como un pionero en la justicial internacional al acusar a dictadores sudamericanos y terroristas islamistas. No obstante, estas ambiciones dieron con un muro en España después de lanzar una controvertida investigación sobre las ejecuciones masivas cometidas durtante la Guerra Civil".

Una imputación contra el sistema de los Derechos Humanos
El proceso abierto contra Garzón trasciende el hecho concreto y la figura de este juez. Ariete de numersos casos que afectaron tanto al PP como al PSOE y promotor de la polémica Ley de Partidos, el juez jienense ha sido un personaje envuelto en controversia. Por ello, periodistas y expertos en Derechos humanos se afanan en subrayar que, sin importar qué opinión nos merezca la carrera del magistrado, el golpe a su investigación sobre el Franquismo ha sido, hoy, un golpe a la justicia universal y una violación del Derecho Internacional.

La web en inglés del canal qatarí Al Jazeera lo recoge así en boca del organismo Human Rights Watch: "Este es un día triste para la causa de los derechos humanos. Garzón era una pieza clave en llevar justicia a las víctimas de atrocidades en la esfera internacional y ahora ha sido penalizado por intentar hacer lo mismo en casa", declaró Reed Brody, sesor legal de la organización.

Un apunte ya adelantado por medios como la agencia interamericana de prensa IPS, que titulaba el  día 5 de mayo: El Juicio a Baltasar Garzón amenaza la Justicia Universal. En una entrevista a la fiscal Dolores Delgado, compañera de Garzón en la Audiencia Nacional, ésta sentencia que "el juicio a Baltasar Garzón está dirigido a aplastar el principio de Justicia Universal inhabilitando a su principal defensor."

El artículo destaca el tinte político del Consejo General del Poder Judicial, recordando que el pasado martes Garzón pidió al organismo una excendencia para marcharse como asesor externo a la Haya, "pero en respuesta a los siete vocales conservadores, que conforman la mayoría del Consejo, éste convocó una sesión especial el viernes para decidir acerca de la suspensión". "Según fuentes judiciales, --continúa el texto-- debido al carácter del Consejo, es muy probable que vote la suspensión del juez".

En definitiva, el procesamiento contra Garzón constituye un grave retroceso en el avance de una sociedad ya castigada por un Golpe de Estado ilegal, tres años de guerra fraticida y una dictadura de cuatro décadas. La Ley de Amnistía de 1977, en la que se basa el enjuiciamiento, no sólo es ilegal y vulnera numerosos pactos internacionales ratificados por España (como recoge este artículo de Pablo Bohoslavsk), sino que perpetúa un sistema de parálisis social, condenando a estas "dos Españas" enfrentadas, al odio eterno.
Ya es hora de desmontar la falacia de que investigar el pasado "abre heridas". Las heridas nunca se curaron y por el momento, permanecen infectadas bajo la tierra, donde nuestros muertos no descansan en paz alguna, y bajo la capa de mentiras y silencio de esta ley putrefacta.

Nota: foto extraída del diario digital Rojo y Azul.

miércoles, 17 de marzo de 2010

"Take away..." y vuelva otra vez mañana

"Use your bag, save your money", me decía la dependienta de unos grandes almacenes al entregarme los pantalones con un guiño cómplice y cálido. Y ha sido lo más lógico que he escuchado desde que he llegado al corazón de occidente. Segundos antes enrollaba el pantalón de chándal (liando la prenda como si de un cigarro se tratara), y me preguntaba si deseaba guardarlo en mi bolso o comprar una de plástico de la tienda. "¿No son gratis?",yo todavía ingenua a estas alturas, vaya tela. "No, cuestan cuatro céntimos". "Pues no es caro, compraré la bo..." Y el guiño, en el momento justo: "Use your bag, girl, save your money". No pude resistirme a esa sonrisa, ni a ese mazazo de la lógica. Así me he venido, tan feliz con mi pantalón de chándal enrollado dentro del bolso. ¡Vaya golpe al sistema!

"Money is money, and bussiness is bussiness!"... Dos calles más arriba, el Director General de una compañía mediana soltaba esta otra lógica aplastante mientras descerrajaba una carcajada ante la hilarante idea de reducir sus precios. Con crisis o sin ella,  la maquinaria debe seguir empujando, y quien no pueda seguir el ritmo, que se baje del carro, que ya vendrán otros a ocupar su asiento.

Esta lógica empresarial, no limitada a Reino Unido (que, por ser desde donde una escribe, sirve para ilustrar anécdotas), está cumpliendo su papel. Pese a la caída económica global, el huracán del desempleo, las “banca rota” (que no ‘bancas’, pues éstas siguen bien enteras gracias al pegamento social), y pese el drama humano vigente, el nivel de consumo ha resurgido tras un breve descanso cual Zenit más que poderoso.

En Londres, las calles siguen llenas, mañana, tarde y noche, de lunes a domingo. Siguen abarrotados los teatros, bares, restaurantes, cines (a precios desorbitados) y nadie duda en tomarse una pinta aunque cueste una buena porción de su sueldo. Los supermercados están repletos de 'take home', comidas precocinadas que emulan manjares caseros y que puedes comprar rápido y comer rápido para volver prontito a la cesta de la compra.

Conscientes de que ritmo veloz equivale a consumo veloz, supermercados y centros especializados de venta adoptan la tendencia de cambiar atención personalizada (que implica necesariamente "personas") por la compra on-line o, en su defecto, por catálogo desde el propio establecimiento. Así funciona una famosa tienda británica de productos electrónicos (y otras variedades): entras, estudias el catálogo, anotas el número, lo entregas en caja y te dan un ticket con el que recoges tu adquisición en taquilla. En total, dos empleados y menos de cinco minutos de trabajo. ¿Para qué queremos más?

Londres es, como el segmento cultural que representa, un cúmulo de contradicciones. Jóvenes de varias generaciones, estatus y orígenes participan con jolgorio en el trepidante rodaje del consumo. Al mismo tiempo, los cines proyectan aún el último film del americano rebelde Michael Moore: “Capitalism, a love story” y debuta en la gran pantalla la nueva estrella del graffiti mundial oriundo de Inglaterra, Banksy. Su película animada se llama, acertadamente, “Exit, through the gift shop”, (“La salida, por la tienda de regalos”). Las pinturas de este artista urbano, que ha dejado de ser marginal, (sine qua non de la expresión underground) rezuman el hedor del desencanto, la decepción, el hastío, con que una gran parte de la población británica (y global) se identifica.

¿Cómo se combinan ambas caras para desembocar en lo que hoy somos? ¿Estamos en una incipiente lucha de clases? Por si acaso, creo que MacDonals ha sacado otro 2x1. Por si las moscas…


*Foto de Banksy. El cartel con el que juegan los niños dice "Prohibido juego de pelotas", un letrero que ya es parte del paisaje de patios, calles y plazas.


martes, 2 de marzo de 2010

How to build up a Revolution (one Sunday night in the coffee shop)

She walked up the street holding proudly the suitcase in her arm swinging at the rhythm of her quick steps. She was happy, indeed. This monthly five sheets text (lasting the 10 minutes speech time fixed for each reader) had ended up to be quite nice. It took her more than one week to finish it, every night fifteen minutes before going to bed. Always, after her daily dinner with Jaime at 8 o’clock, when they both finally arrived at home. It was impossible to meet earlier; their jobs were in opposite parts of the city, Jaime´s in the southern area specifically designed for financial buildings. Hers, on the opposite extreme, where all sort of business had their headquarters, as it was the core of the national economy and a big game of the global one.

Oh yes, she was satisfied; she´d created a heartbreaking tale, that channeled all the pains hidden behind her deepest thoughts. And she had loads of them. Since her childhood, she´d been known to be a very sensitive girl, pretty perceptive of the huge unfairness dwelling in the world. Her piano teacher used to tell her mother: look that nostalgia striking the instrument keys through such delicate fingers.

And hence, there she goes, entering the pub wrapped in avant-garde decoration. Yet from the threshold of the mahogany door, she could see her bunch of colleagues speaking at the furthest corner (a poet must be discrete, sine qua non condition). Smoothed her skirt out, put her hair apart with a quick movement of the neck and.. “Hello guys, how are you tonight?

What such ignorant those who criticize her as a bourgeoise feigning progressive ideas. Idiots those who scorn her group of friends for being “intellectuals of cigar and coffee shop”. Don’t they deliver appealing readings up in the stage, touching the audience´s hearts with words full of sincere pain, awareness and consciousness of the fatal slippery slope where the World is going through? Don’t they, afterwards, discuss hour after hour the social policy that could help the homeless out of dumps and the poor out of misery? Don’t they, I ask, don’t they spend every month 1 % of the profits made at the pub´s lecture night in a chosen charity?

Fuck them all, those fool don’t have the slightest idea of what Revolution is. Next month we´ll show them how a subversive poem sounds like. “And what about tomorrow?” Tomorrow? Tomorrow it´s impossible, I have a whole day meeting with the management team at office…

lunes, 15 de febrero de 2010

"I fought the law and the law won"...

This is the English version of the previous article published in this blog. As I am currently settled in London, carrying the attempt of communicating some of the spirit of this city (small part but, at least, better than nothing :)) and as communication involves language... to express myself with the tools of this society becomes necessary. Obviously, it will mean more difficulties... but here it goes!

"Know your rights"… were The Clash roaring in the early 80s. Following USA´s main steps, England led the conservative stance that was spreading through Europe since the second half of the previous decade. Margaret Thatcher had just taken her first sit in Downing Street and, thus, began the harsh mandate of the ‘Iron Lady’ that would last for eleven years, the longest among the contemporary democracies worldwide. In the foreign policy, Thatcher would sing alliance with his American homologue (in both senses, of position and attitude), Ronald Reagan, founder of neo liberalism and father of ultra capitalism.

Commercial aperture, globalization of enterprises and surge of huge corporations were the distinctive signs of those years. A period of decreasing borders for capital and cash, while heavily increasing those separating the rich and the poor, the ‘have-everything’ and the have-nots. Europe and North America signed alliance in this globalizing project previous to the end of Cold War, while the neighboring regions, mainly Africa and Latin America, signed their life sentence.

Underneath the regressive policy planned in the high spheres of power, an angered, disenchanted raft of society beat the tries of the contest, the furious attempt to blow up the balloon and stop a process nearly doomed to become irreversible. The hammer of this short but intense fight were the deafening sounds of a musical style, a consciously creaking esthetic, elements that wrapped up the thought and the stance of the still irreverent: PUNK. 

The Ramones, Sex Pistols, The Clash… were the founders of the wave that changed the anti-establishment action predominant in the USA during the 60s: the Hippy movement and the counterculture. Upon Punk spirit, that anti system discourse was already obsolete, maybe because it hadn’t adapted to the new ways of pressure and power, or maybe because, in case of the British Sex Pistols and The Clash, the harsh “British politeness” required another kind of pumping response.

Immersed in its out struggle, Spain absorbed the thrashes of Punk in the middle 70s and 80s. The death of Francisco Franco, “El Caudillo”, in 1975 put the end to the 40 years long dictatorship that had condemned the country to a cultural, economical and social ostracism. The new Constitution of 1978 settled the “consensus” compromise titled “Transition”. This established a silent commitment between the “two Spains” that had battled in the fratricide war and so, the ones previously confronted were from then on condemned to a mutual standing. Still nowadays, more than never, Spanish society is paying the rent of that contract that mutilates our present and our future.

"If it looks suspicious..."
Perhaps is this precise awareness of the lacks at home what makes the traveler look for the Punk´s birthplace with hope: the origin of unconformity, of subversion, must be a great stimulus and source of ideas to take back home.
 
Maybe, or maybe not… what would those who disowned Thatcher´s iron fist think about having their faces recorded 300 times per day? Because this is the average that an English citizen has its own image recorded every single day. England is the country with the highest level of surveillance in the world, with 4,2 millions of cameras spread through its streets, one per every 14 inhabitants.

In the English land, the obsession of security prevailing internationally is so embedded in common life that it´d easy to understand why its people don’t even realize it anymore. The daily social discourse is dominated by the reference to fear, even if disguised in the constant “politeness”. Official ads call you potential delinquent, but with correct words. 

"If it looks suspicious, call the police, to the number...." Posters with this warning hang from the inner and outer walls in public transports and their stations. They invite us to stamp a distrusting stare at hour travel mate, to judge what “looks suspicious” and to take measures. You have acted accordingly; you have carried out your duty.

Civil patrols work to supply some neighborhoods with extra security. “They look like ‘bobbies’ (popular name given to metropolitan police), except from one insignia at the back of their jacket. They are civilians as you and me, with no more rights and powers than common people. And, yet, many don’t know this and accept their requests, as having their I.D registered, with no complains”, told me an English friend with a tone of astonishment and bitterness.

When observing these details, you can´t avoid thinking about that dystopian “Big Brother” that Orwell foreshadowed sixty years ago. Then, you shiver at the idea of England, the great birthplace of Punk outrage, as paradigm of the quick conversion of the World into an immense and unified crystal wall room.

“I fought the law and the law won”. As current echoes of the served prophecy, The Clash´s words resound in the 30th anniversary of its legendary album London Calling. In other world, maybe utopian, it should make us think. It should… 

sábado, 6 de febrero de 2010

"Luché contra la ley, y la ley ganó"...


"Know your rights", bramaban The Clash a principios de los ochenta. Siguiendo a Estados Unidos, Inglaterra lideraba la oleada conservadora presente en Europa desde mediados de la década anterior. Estrenaba su mandato Margaret Thatcher, aquella "Dama de Hierro" que gobernaría  férrea la política interna del país durante una década. En el exterior, haría alianza con su homólogo (en el doble sentido: de posición y de similitud) Ronald Reagan, fundador del neoliberalismo y padre del ultra capitalismo, política económica que abanderó, desde entonces y hasta ahora, la potencia mundial norteamericana.

Eran años de apertura comercial, mundialización de empresas y nacimientos de grandes corporaciones. Disminuían las fronteras para el capital y el poder y crecían las que separaban clases sociales, ricos y pobres, poderosos y desposeídos. Europa y Norteamérica firmaban alianza en este proyecto globalizador previo al fin de la Guerra Fría, mientras las regiones limítrofes, especialmente África y Latinoamérica, firmaban su sentencia. 

Bajo la política regresiva ejercida en las altas esferas de las potencias mundiales.... latían los pinchazos protesta de una sociedad que, aún, osaba punzadas para reventar el globo y  frenar un proceso cercano a ser irrevocable. El ariete de esta lucha, breve pero intensa, fueron los acordes de un estilo de música, una estética en intención chirriante, que revestían el pensamiento y la actitud del todavía irreverente: PUNK.

The Ramones, Sex Pistols, The Clash... fueron los fundadores de la oleada que dio un viro al movimiento antisistema criado en Estados Unidos durante la década de los sesenta: el halo Hippy y su entorno contracultural. Para el espíritu Punk, aquel modo "antiestablishment" quedaba obsoleto, quizá porque no se adaptaba a la nueva manera de presión del poder, quizá porque, en el caso de Sex Pistols y The Clash, bandas londinenses, la dureza censora del "British politness" requería otra fuerza de choque.

España bebió coletazos punk a mediados de los setenta y ochenta, cuando también libraba su propia batalla. Terminaba, con la muerte de Franco en 1975, la dictadura que durante cuatro décadas había lanzado al país al ostracismo cultural, político y social. La Constitución de 1978 asentó el acuerdo de "consenso" en nombre de Transición, estableciendo las bases de un compromiso de silencio entre "las dos Españas" antaño visiblemente enfrentadas, ahora aparentemente condenadas a aguantarse. Todavía hoy, y más que nunca, pagamos la renta de este contrato que mutila nuestra historia y futuro.

"If it looks suspicious..."
Quizá por ser consciente de esto, de las carencias de la propia tierra (a la que, al final, se le coge cierto cariño), el viajero parte hacia la cuna del punk con esperanza (bonita palabra): el origen del inconformismo, de la subversión, del "no puedo más", ha de ser por fuerza un estímulo, un ejemplo del que aprender para llevarse algo a casa. 

Quizá si o quizá no... aquellos que renegaban el puño de acero de Thatcher ¿qué pensarían al saber su imagen grabada unas 300 veces al día? Porque esa es la media que el rostro de un ciudadano británico es registrado cada día en Inglaterra, el país más vigilado del mundo, con 4,2 millones de cámaras distribuidas por sus calles, una por cada 14 habitantes.

En el reino británico, la obsesión por la seguridad que impera a nivel internacional se ha incrustado tanto en la vida común que resulta fácil entender que sus ciudadanos hayan dejado de darse cuenta. La referencia al miedo domina el discurso habitual, revestido de la omnipresente "correcta educación". Te llaman, de partida, delincuente, pero usan bonitas palabras. 

"If it looks suspicious, call the police, to the number...". Carteles con esta advertencia cuelgan en el interior o exterior de los transportes públicos (metro, autobús, tren...) y en sus estaciones. Nos invitan a escudriñar a nuestro compañero de viaje con desconfianza, a juzgar lo que "parece sospechoso" y a tomar medidas. Has obrado como buen ciudadano, has cumplido con tu deber.

Patrullas ciudadanas se encargan de otorgar el plus de seguridad "en algunos barrios, como Greenwich, donde vive esta viajera. "Parecen 'bobbies' (nombre dado a la policía metropolitana), excepto por la insignia en la trasera de su chaqueta. Sin embargo, son personas de a pie que no tienen más derecho que tú, no pueden revistarte el DNI, aunque mucha gente no lo sabe y acata sin rechistar", contaba un amigo londinense entre, todavía, la perplejidad y la amargura. 

Observas estos detalles y no pueden, cuanto menos, dejar de recordarte a ese distópico "Gran Hermano" que Orwell vaticinó hace sesenta años. Y sientes un escalofrío al ver Inglaterra, lo que fuera la cuna del clamor Punk, como paradigma de una tendencia cada vez más consolidada en la esfera global.

"I fought the law, and the law won", ("luché contra la ley, y la ley ganó"). Como ecos presentes de esa profecía cumplida, las palabras de The Clash resuenan en el trigésimo aniversario de su disco leyenda. En otro mundo, esto debería servir para algo. Debería...