El oasis... (Capadocia, Turquía)

sábado, 6 de febrero de 2010

"Luché contra la ley, y la ley ganó"...


"Know your rights", bramaban The Clash a principios de los ochenta. Siguiendo a Estados Unidos, Inglaterra lideraba la oleada conservadora presente en Europa desde mediados de la década anterior. Estrenaba su mandato Margaret Thatcher, aquella "Dama de Hierro" que gobernaría  férrea la política interna del país durante una década. En el exterior, haría alianza con su homólogo (en el doble sentido: de posición y de similitud) Ronald Reagan, fundador del neoliberalismo y padre del ultra capitalismo, política económica que abanderó, desde entonces y hasta ahora, la potencia mundial norteamericana.

Eran años de apertura comercial, mundialización de empresas y nacimientos de grandes corporaciones. Disminuían las fronteras para el capital y el poder y crecían las que separaban clases sociales, ricos y pobres, poderosos y desposeídos. Europa y Norteamérica firmaban alianza en este proyecto globalizador previo al fin de la Guerra Fría, mientras las regiones limítrofes, especialmente África y Latinoamérica, firmaban su sentencia. 

Bajo la política regresiva ejercida en las altas esferas de las potencias mundiales.... latían los pinchazos protesta de una sociedad que, aún, osaba punzadas para reventar el globo y  frenar un proceso cercano a ser irrevocable. El ariete de esta lucha, breve pero intensa, fueron los acordes de un estilo de música, una estética en intención chirriante, que revestían el pensamiento y la actitud del todavía irreverente: PUNK.

The Ramones, Sex Pistols, The Clash... fueron los fundadores de la oleada que dio un viro al movimiento antisistema criado en Estados Unidos durante la década de los sesenta: el halo Hippy y su entorno contracultural. Para el espíritu Punk, aquel modo "antiestablishment" quedaba obsoleto, quizá porque no se adaptaba a la nueva manera de presión del poder, quizá porque, en el caso de Sex Pistols y The Clash, bandas londinenses, la dureza censora del "British politness" requería otra fuerza de choque.

España bebió coletazos punk a mediados de los setenta y ochenta, cuando también libraba su propia batalla. Terminaba, con la muerte de Franco en 1975, la dictadura que durante cuatro décadas había lanzado al país al ostracismo cultural, político y social. La Constitución de 1978 asentó el acuerdo de "consenso" en nombre de Transición, estableciendo las bases de un compromiso de silencio entre "las dos Españas" antaño visiblemente enfrentadas, ahora aparentemente condenadas a aguantarse. Todavía hoy, y más que nunca, pagamos la renta de este contrato que mutila nuestra historia y futuro.

"If it looks suspicious..."
Quizá por ser consciente de esto, de las carencias de la propia tierra (a la que, al final, se le coge cierto cariño), el viajero parte hacia la cuna del punk con esperanza (bonita palabra): el origen del inconformismo, de la subversión, del "no puedo más", ha de ser por fuerza un estímulo, un ejemplo del que aprender para llevarse algo a casa. 

Quizá si o quizá no... aquellos que renegaban el puño de acero de Thatcher ¿qué pensarían al saber su imagen grabada unas 300 veces al día? Porque esa es la media que el rostro de un ciudadano británico es registrado cada día en Inglaterra, el país más vigilado del mundo, con 4,2 millones de cámaras distribuidas por sus calles, una por cada 14 habitantes.

En el reino británico, la obsesión por la seguridad que impera a nivel internacional se ha incrustado tanto en la vida común que resulta fácil entender que sus ciudadanos hayan dejado de darse cuenta. La referencia al miedo domina el discurso habitual, revestido de la omnipresente "correcta educación". Te llaman, de partida, delincuente, pero usan bonitas palabras. 

"If it looks suspicious, call the police, to the number...". Carteles con esta advertencia cuelgan en el interior o exterior de los transportes públicos (metro, autobús, tren...) y en sus estaciones. Nos invitan a escudriñar a nuestro compañero de viaje con desconfianza, a juzgar lo que "parece sospechoso" y a tomar medidas. Has obrado como buen ciudadano, has cumplido con tu deber.

Patrullas ciudadanas se encargan de otorgar el plus de seguridad "en algunos barrios, como Greenwich, donde vive esta viajera. "Parecen 'bobbies' (nombre dado a la policía metropolitana), excepto por la insignia en la trasera de su chaqueta. Sin embargo, son personas de a pie que no tienen más derecho que tú, no pueden revistarte el DNI, aunque mucha gente no lo sabe y acata sin rechistar", contaba un amigo londinense entre, todavía, la perplejidad y la amargura. 

Observas estos detalles y no pueden, cuanto menos, dejar de recordarte a ese distópico "Gran Hermano" que Orwell vaticinó hace sesenta años. Y sientes un escalofrío al ver Inglaterra, lo que fuera la cuna del clamor Punk, como paradigma de una tendencia cada vez más consolidada en la esfera global.

"I fought the law, and the law won", ("luché contra la ley, y la ley ganó"). Como ecos presentes de esa profecía cumplida, las palabras de The Clash resuenan en el trigésimo aniversario de su disco leyenda. En otro mundo, esto debería servir para algo. Debería...

7 comentarios:

la fuente de sed dijo...

El punk, y todo su nihilismo, fue la respuesta de aquella juventud ante esa sociedad hostil al individuo y ante unos medios de expresión artísticos totalmente integrados en ella. Las letras de The Clash (Complete Control, Working for the Clampdown, Safe European Home, etc.) explican la actitud de The Sex Pistols. Se trataba de molestar, de escandalizar, de a falta de mejores respuestas al menos estorbar.
Hoy leyendo tu entrada no puedo dejar de pensar en que esa sociedad de corporaciones más que de personas, de competidores más que de colaboradores, no solo sigue presente sino que va haciéndose más fuerte, y de que es nuestro turno para responder. ¿Quizá parecer sospechosos?
Ya lejos del 77 se ve como gran parte del punk fue absorbido por la industria, pero no se puede negar que también ha servido de inspiración a movimientos activos y críticos con el sistema. Y como dicen The Jam en su gran In the City: And if it don't work, at least we still tried.

litospk dijo...

Como se nota que ya andas inmersa en tierras britanicas. A modo de regalo te dejo una recomendación de esos tiempos de la Thatcher.
"Common People" de los Pulp.
A parte de eso, he de decir que la última vez que estuve en Londres (allá por Noviembre) también ví esos carteles que mencionas y que hicieron que se me pusiera la piel de gallina y que rápidamente pensara en el ya mencionado "Gran Hermano". Es además casi burdo que esos carteles se entremezclen con los de las obras de teatro y los musicales.
Otro dato que me llamó mucho la atención fue el comentario que me hizo el amigo al que fui a visitar que me dijo que el indice de gente a las que tiraban a la via en Londres era casi de una persona al día. Me fijé y cai en la cuenta entonces de que todo el mundo permanecía bien alejado de la línea amarilla del borde de la vía (No como en Barcelona o Madrid por ejemplo). Observalo, es cuanto menos alarmante.
PD: A ver si vuelvo a Londres y te veo
Que vaya bien y disfrutalo
Suerte y un abrazo

Anónimo dijo...

La verdad es que llaman la atención de carteles tipo "los vecinos vigilan". Así están las cosas. ENtre exceso de igilancia, y ninguna vigilancia, no se es capaz de alcanzar el término medio.

adriahna dijo...

Dicen que, cuando el ratón se ve acorralado, responde mordiendo. Ahora que tenemos, más que nunca, nuestra libertad personal acorralada y amenazada por doquier, ¿veremos una sociedad que responde, que muerde, que "hace ruido"?
Me temo que no... porque, a diferencia del ratón, que ve claramente al gigante enemigo que amenaza su existencia, nosotros somos inviduos ciegos (o cegados) que no percibimos cómo nos están acorralando en un marco cada vez más estrecho.

Cierto que hay un movimiento crítico, una cierta resistencia, fuentedesed. Y es una esperanza ver a quienes aún trabajan en ello para que, "at least, we can say that we´ve keeping trying" ;)

Gracias por la recomendación litospk y, por supuesto, bienvenido eres a estas tierras británicas! ahondaremos en las bases del punk entre "paints" por los peores antros de la ciudad :)(Por cierto, yo era de las que andaban pegadas a las vías, mil gracias por la advertencia :S)

Manu, el problema es que nos presionan con la amenaza y el miedo para que no lleguemos a distinguir el punto medio ni los extremos, que perdamos la perspectiva y todo, absolutamente todo, nos acabe pareciendo aceptable, cuando no es así ni de lejos.. Sorprende ver cuánta gente prefiere "libertad a seguridad" sin pararse a reflexionar sobre en qué consiste la 'seguridad' que le están ofreciendo.

Gracias por pasaros... :)mil besos!!!!!

Anónimo dijo...

Niña, leí hace ya tiempo tu último post y hoy he querido volver para saber qué te habían escrito tus habituales (yo me cuento entre ellos, por supuesto). Me alegra decirte que éste es una de las entradas que más me ha gustado e interesado. También hay que tener en cuenta lo poquito que sé acerca de Oriente Medio y que la cultura Punk quizás me pille un poco más cercana.
Ya nos quedamos alucinadas cuando fuimos juntas allá hace ya dos años y medio (¿tanto hace? uf!). La vigilancia está en las calles... eso que dicen de encontrar el término medio... realmente es posible? Creo que es imposible controlar los instintos del ser humano. Si se nos vigila en exceso nos sentimos reprimidos y tenemos ese "ansia" de libertad creo que inherente al ser humano. Puede pasar lo que te conté que ocurría en Alemania o en Austria. No hay violencia callejera pero sí hay casos de padres que encierran a sus hijas en sótanos durante 40 años o gente que medita violaciones de manera fria y calculada.
Parece que no hay violencia, pero sí. Siempre hay.

María

adriahna dijo...

Uff.. el Tiempo mi querida "anónimo", el Tiempo.. sí, hace ya dos años y pico, eso mismo voy pensando yo cuando paseo por los mismos lugares que visitamos juntas.

Me gustaría creer en ese "ansia de libertad" que dices inherente al ser humano. Precisamente, lo que temo es que sucede lo contrario: dónde está la búsqueda de ser libres?La obsesión por la seguridad, en todos los sentidos (económico, social, de orden...) está ganando la batalla y, por temer alterar el orden, hasta evitamos pensar demasiado, no vaya a ser que las ideas se salgan de los cajones que nos han "bien marcado".

Un besazo, "niña" :)

litospk dijo...

ecijeña (se dice asi?),...., niña de ecija que como ya te dije se me hace raro verte plasmando un pensamiento tan ... ¿serio?¿maduro?¿profundo?... (hoy estoy muy disperso, cosas de los examenes) sobretodo en un blog (es que me tienes acostumbrado a otras cosas).
La verdad es que por desgracia mucha de la gente que antes clamaba por la libertad ahora no dejan jugar a sus hijos en la calle porque "vayan a hacerse daño", contratan servicios de seguridad porque "es que nunca se sabe con esos rumanos", piden que se localice via GPS a sus hijos "por si se saltan las clases" o aplauden la colocación de cámaras en la calle "para dispersar a las prostitutas" (este último tema me hace gracia, porque si es verdad que es el oficio mas antiguo del mundo podrían decir aquello de "yo estaba primero").
En fin, ya lo dijo V "Cuántas veces con el semblante de la devoción y la apariencia de acciones piadosas engañamos al diablo mismo."