El oasis... (Capadocia, Turquía)

jueves, 23 de abril de 2009

Al cine de gratis... y con conciencia

Estamos sin un duro, la Feria derrochadora está a la vuelta de la esquina (aún no lo sabemos, pero seguro que la jarra de Rebujito cuesta más que la media de 8 euros del año pasado) y cualquier plan agradable y gratuito, como una peli, nos viene al pelo. Sevilla tiene alternativas muy atractivas para "sabotear" los pases de cinco euros y medio de las salas comerciales, y sólo hay que rebuscar un poco.

Entre ellos, hoy se inaugura en el centro comercial Los Arcos, el I ciclo de cine del Centro de Acogida al Refugiado (CAR) de Sevilla, titulado "Una mirada nueva al mundo". (Muy acorde con el nombre de este blog, por permitirme la licencia).

Desde hoy y hasta diciembre, el ojo celuloide de directores españoles (como Javier Corcuera) y extranjeros (como Ken Loach) mostrarán desde esta perspectiva plural escenarios de conflicto que salpican el mundo. Terreno de dramas que producen, como industrias en cadena, los "inmigrantes" y "refugiados" que llegan a nuestra sociedad y que, recordemos, es un estatus que la persona adquiere por unas causas, y no por condición inherente al nacimiento.

La película de hoy, "En el mundo a cada rato", reúne cuatro documentales sobre temas que afectan especialmente a la infancia. Rodada en colaboración con UNICEF (la agencia de las Naciones Unidas para la protección de la infancia), recorre países de Latinoamérica, África y la India.

Los reportajes que se emiten son: El secreto mejor guardado (dirigido por Patricia Ferreira y rodado en la India), La Vida efímera (por Pepe Joan Ventura, rodado en Guinea Ecuatorial), Las siete alcantarillas (por Chus Gutiérrez, rodado en Argentina), Hijas de Belén (dirigido por Javier Corcuera y rodado en Perú) y Binta y la gran aldea (por Javier Fesser, rodado en Senegal).

Tres continentes, culturas totalmente diferentes (nadie equipararía la India con Ameríca Latina) pero que, sin embargo, comparten algo... ¿Qué demonios puede llevar a una persona a abandonar su país, su familia, su lengua, sus costumbres, para meterse en tierra de marcianos, donde además de entrada te rechazan? Nos separamos brevemente de nuestro "hogar" y en seguida nos sentimos perdidos, desamparados, y queremos volver corriendo a casa. Algo malo, muy malo, tiene que haber en sus hogares para que muchos no quieran o puedan volver.

El centro que lo promueve, el CAR, es uno de los escasos cuatro centros de acogida del refugiado que hay en España (junto a los dos de Madrid y al de Valencia). Alojan y trabajan por la inserción social y laboral de las personas que esperan la aprobación de este estatuto, reconocido por la Convención de Ginebra y el Tratado de Nueva York de 1965, pero que se encuentra en pleno retroceso por el endurecimiento legal en Europa actualmente.

Éste será el tema de un documental que voy a grabar en las próximas semanas y cuyos resultados, espero, se vayan reflejlando en este blog. Porque la falta de información sobre las causas de estos conflictos es lo que interesa a quienes se benefician de su existencia...

Nota: Incluyo las fechas y películas de las próximas proyecciones (gracias Korxo)

21 de mayo: "En un mundo libre"
18 de junio: "Camino a Guantánamo"
22 de otubre: "Un novio para Yasmina"
19 de noviembre: "Las tortugas también vuelan"
19 de septiembre: "Ararat"

Están programas a muy largo plazo, así que publicaré recordatorios conforme se acerque la fecha.

lunes, 13 de abril de 2009

"Malas noticias" para la paz en Oriente Próximo


Es una frase manida y repetida hasta la saciedad, pero así es como ha presentado hoy uno de los "padres" del proceso de paz palestino-israelí al nuevo gobierno de Tel Aviv. "Netanyahu como Primer Ministro y Lieberman como líder de Exteriores constituyen una mala noticia para todos nosotros", ha dicho Yosi Beilin, co creador de los Acuerdos de Ginebra de 2003 y ex ministro de Justicia israelí. Lo ha hecho hoy en Sevilla, durante una conferencia organizada por la Fundación Tres Culturas (islámica-judeo-cristiana, se entiende).

Pensar en un político israelí, al menos en mi caso, es visualizar automáticamente a un personaje a lo Ariel Sharon: ojos afilados, mirada fría, a veces como perdida al horizonte (buscando la próxima extensión fronteriza, quizá) nariz y barriga prominentes y un aire de gélida indiferencia que acompañaría a su mano mientras firmaba los ataques contra árabes en aquellos años 80 de su ministerio de Defensa todavía en el Likud.

Con esta imagen, casi me cuesta discernir entre los ponentes a un Beilin de pelo cano, figura estilizada, mirada agradable (muy agradable, a decir verdad) y un acento inglés un tanto forzado que, sinceramente, agradecí porque me era más fácil comprender. "Demasiado Bogart", pensé mientras observaba su primer esfuerzo en entender la traducción que el chico de las simultáneas le soltaba por el pinganillo izquierdo (sordo de la derecha, ¿quizá?) Antiguo miembro del Partido Laborista, y posterior parlamentario por Meretz,el recientemente retirado político destilaba relax y comfort casi desparramado en su asiento. La postura, nada erguida, nada desafiante, transmitía ciertamente paz, apertura, diálogo. "Excesivamente tranquilo", concluí después de los primeros minutos, "éste viene aquí a echar el rato y a degustar jamón serrano y Cruzcampo, que para eso no profesa el islam".

Sin embargo, aún dentro de los tópicos oficialistas, "el último herzliano" (como llaman a Beilin, según dijo el moderador del debate, Fernando Zukierman) presentó ideas que pueden dar mucho de sí.

Un trío complicado

Para Beilin, la de Netanyahu y Lieberman constituye una "extraña pareja" que, aunque en apariencia contradictoria, puede conducir el tablero palestino a un status quo infinito. El Primer Ministro, líder del ultraderechista Likud, ha enfatizado su oposición a cualquier proceso de paz negociado y a la solución de dos Estados, hablando en su lugar de una "paz económica", que significa tener a los palestinos bajo control israelí pero con inversiones en el terreno (¡ah! Y agradecidos les deben estar, por supuesto).

El Ministro de Exteriores y líder del ultranacionalista Yisrael Beitenu ("Nuestra Israel"), Avigdor Lieberman, es contradictorio en sí mismo. En un discurso reciente rechazó el acuerdo de Annapolis firmado en 2007, pero a la vez aceptó la Hoja de Ruta firmada en 2003, que prevé la creación de dos Estados . Dos posturas contrapuestas, al parecer. Peleas de cama y un gobierno compartido con un líder de "izquierdas" como Ehud Barak, que mantiene su cartera de Defensa al aceptar la coalición con los de la derecha más virada.

¿Cómo se conjuga este trío de Ases? Con varias jugadas, según Beilin. En primer lugar, porque Netanyahu no apoya el proceso de paz, pero tampoco mostraría ganas o fuerzas en oponerse. Para él, "el tiempo juega a favor de Israel", según el ponente. Parte de creer que, en el fondo, Occidente va a apoyar todo lo que el país judío haga, desde seguir colonizando, como efectivamente hace, hasta atacar Gaza, con total impunidad. "Y, al final, Europa y Estados Unidos aceptarán la situación", puso Beilin en boca del jefe de Estado. Siguiendo la estrategia de muchas palabras y pocas acciones, unos hacen y otros otorgan, tal y como está ocurriendo.

Lieberman, antiguo portero de discoteca, es un hombre de acción. Defiende una solución de dos Estados casi sin concesiones, y bajo la absoluta defensa de un Israel totalmente judeizado con ciudadanos que juren, condición sine qua non, lealtad al Estado Judío. Por eso tratará de obtener esta solución con sutileza, como sus predecesores, y tirando de un Netanyahu quizá reticente.

Pero el canciller de Exteriores cuenta con la presencia de Barak Obama. "The American hope" ha hecho de Oriente Próximo punto estrella de su agenda, y para lograr estabilidad necesita "paz" en Palestina y mostrarse más fehaciente que su predecesor. La reverencia ante el rey de Arabia Saudí, Abdalá bin Abdelaziz, simboliza cómo quiere mirar Obama el Medio Oriente: muy de cerca, casi al suelo, con lupa. Y Netanyahu, que no es tonto (dicho por Beilin con palabras más técnicas) sabe que necesita a Estados Unidos como buen amigo, por lo que hará los pasos que se le dicten cual buen aleccionado.

Negociando con el débil

Concluyendo, parece que, pese a la retórica mediática en boga, Israel seguirá haciendo aparentes (recalco, aparentes) pasos hacia la paz con una Palestina escindida entre la ANP liderada por Fatah (que gobierna en Cisjordania) y el Hamás que rige Gaza. ¿Cuál podría ser la fórmula? Beilin presentó hoy la suya propia, no la que él prefiere, ("no la perfecta", como me dijo al fin de la reunión), sino la que parece más posible:

Israel firmaría un acuerdo de paz con una ANP muy proclive al diálogo y, aunque Hamas la rechace, se vería obligado a aceptarla indirectamente con una tregua que detuviese la violencia.

El ex político israelí se deshace en halagos con el presidente palestino, Mahmud Abbas, "un buen amigo". La tan mencionada "debilidad" de Abu Mazen es para Beilin algo positivo: "tenemos un hombre dispuesto al diálogo, no agresivo, tolerante, pero ¡ah! ¡No infunde miedo! ¡Los líderes deben infundir miedo, como Arafat!" ironizó antes de relatar la anécdota de un encuentro en el que el líder árabe confesó que la presidencia le había cogido desprevenido porque no la esperaba ni deseaba.

"Por esta razón creo que Israel puede firmar la paz con un líder débil - detalló Beilin- porque su legitimidad viene en parte de los suyos y en parte del mundo, de Estados Unidos y Europa". Luego no es falacia, entendiendo esto, que Hamas tache a la ANP de Mazen de "títere" del mundo occidental e Israel, si no entendemos "títere" desde una perspectiva despectiva sino pragmática.

Tras estas palabras, una servidora interpreta que lo que Beilin visualiza es un acuerdo de paz Israel-ANP, donde Hamas quede al margen (recordemos, Hamas, aunque a Occidente le pese, fue elegido por voto mayoritario en las elecciones generales de 2006). Y un acuerdo donde la debilidad de una de las partes puede facilitar la presión de la otra (la ultraderechista, israelí, con la mayoría absoluta del parlamento y reticencia a las concesiones).

Pintado así el cuadro, no parece que "la mala noticia" sea tan mala según para quien la mire. Aunque "perfecto" sería, y en esto coincido con Beilin, que acuerdos como el de Ginebra, basados en la Resolución 181 de las Naciones Unida, fueran la base de cualquier solución.

Así no hay quien se aclare...

Nota: imagen extraída de Radio Nederland, donde se informa de los Acuerdos de Ginebra de 2003.

lunes, 6 de abril de 2009

Lo que cuesta un nuevo Irak disfrazado

El presidente de Estados Unidos está últimamente muy atareado en hacer de Afganistán su nuevo Irak y lograrlo con más sutileza que su predecesor. Más dado a la retórica que el ex republicano, Barak Obama trabaja en convencer a la opinión pública de que la “misión” en este país sí es la de “salvar a la población de unos islamistas muy malvados, que sí son muy peligrosos” y que todo ello no tiene nada que ver con estrategia geopolítica, petróleo y control de la región asiática. Menciono a la ‘opinión pública’ porque al resto de Gobiernos sólo tiene que convencerlos para que pongan su granito correspondiente en la hucha común, que luego se parte el cerdo para todos…

Como hay que empezar a narrar por algún lado, hagámoslo con Estambul; así cruzo fronteras aunque sea virtualmente.

‘Istanbul’ es conocido como “el crisol de culturas, de religiones”. Cumbre de imperios cristiano y musulmán, hoy es, además, cima simbólica del imperio de Estados Unidos y sus correligionarios. Uno de ellos, Rodríguez Zapatero, se ha encontrado allí con el Primer Ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, en el II Foro de la Alianza de Civilizaciones. Juntos han enfatizado sus límpidas intenciones de fomentar la “paz, convivencia y tolerancia”, que alimenten “los valores de igualdad y lucha contra la pobreza y la miseria”.

¡Y quién va a dudarlo! El pasado sábado, el cabeza de nuestro Estado prometió a Barack Obama en Estrasburgo otros 450 soldados para el maltrecho Afganistán, además de 12 militares para formar a las fuerzas afganas y 40 guardias civiles para entrenar a sus homólogos locales. Ello se suma a los 778 soldados que ya están en la base de Taka-i-Naw y con un desembolso extra de 9 millones de euros según los acuerdos del sábado. España respondía así a la petición de Estados Unidos de incrementar en 5000 militares el despliegue en Afganistán, de acuerdo con la nueva estrategia para el país presentada recientemente. Dentro de una evidente reticencia, Reino Unido, Alemania, Italia y Polonia han correspondido con su parte.

Pero la cumbre del sábado de la OTAN ha dado a Obama otros quebraderos de cabeza. Al margen de la misión descrita, el norteamericano debía lograr que el primer ministro de Dinamarca, el “halcón” ultraliberal Anders Fogh Rasmussen, fuera designado futuro secretario general de esta organización, sustituyendo al actual Jaap de Hoop Scheffer. Y a ello se oponía, curiosamente, Turquía. Erdogan y el presidente Abdullah Gül (ambos del partido islamista moderado AKP) se encontraban ciertamente incómodos de estar liderados en la alianza militar por el que consideran responsable (por omisión) de la “crisis de las caricaturas” de Mahoma. Un Gobierno que, además, acoge las emisiones de ‘Roj Tv’, televisión financiada supuestamente por el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) considerado grupo terrorista por Estados Unidos, la ONU y, por supuesto, Turquía.

De Washington al centro de Anatolia

Por ello, el persistente Obama tuvo que prometer, para que no le fastidiaran la fiesta, visitar hoy Ankara, reunirse con Gül y apoyar explícitamente la entrada de Turquía a la Unión Europea. Así lo ha hecho. Frente a una muestra infinita del Ejército turco, el líder norteamericano alabó al país de la península anatólica “puente entre el Occidente y el islam” (ya podría ser más original, dadas sus habilidades prosaicas atribuidas) y, a riesgo de quedarse corto, estrechó vínculos con la 'lucha antiterrorista' del Gabinete de Ankara. Pero aún más. Gracias al acto de hoy, podré decir que Obama y yo hemos pisado el mismo suelo en reducido perímetro, y con escasos meses de diferencia: el presidente demócrata ha visitado el Museo de Atatürk en Ankara, ha rendido homenaje al fundador de la patria turca, Mustafá Kemal, y ha puesto hasta un ramito de flores, con autógrafo incluido. Perdón, pero se me saltan lágrimas de sólo pensarlo.

Así, Obama y Zapatero han actuado en cada una de las ‘dos capitales’ turca, con el objetivo común de reforzar la Alianza Atlántica y su control militar y político de Afganistán, como nuevo eje de inserción en la región. Irak, más que un paso fallido, parece una fase previa ya consolidada, una vez asegurados el control de un Gobierno títere, las reservas de petróleos y la fidelidad de un ejército local que deja ahora el “trasvase” de soldados al nuevo campo de operaciones, Afganistán (conforme hemos retirado las tropas de Irak, las hemos incrementado en Afganistán… ¿a nadie le resulta esto raro?)

Contra “casi” todas las armas nucleares

Mientras, el discurso continúa. Obama y Zapatero han aunado voces a favor del “fin del armamento nuclear”, en clara alusión a Irán y Corea del Norte, quien lanzó ayer un misil y se libró de sanción de la ONU gracias al apoyo de China y Rusia en el Consejo de Seguridad. Curioso clamor, cuando Estados Unidos es el mayor poseedor de estas armas, Israel es un poseedor no declarado (e ilegal, en virtud del Tratado de No Proliferación) y, más en el centro del asunto, Pakistán es el único país musulmán que también tiene arsenal militar nuclear. El vecino de Afganistán ha sido aliado declarado de Estados Unidos en cada una de sus guerras (la Fría antes y la “antiterrorista” ahora), por ello ha contado tradicionalmente con la ayuda de los occidentales en su preparación nuclear. El pasado febrero, la Corte pakistaní dejó en libertad al científico nuclear Abdul Qadeer Kahn, considerado el “padre de la bomba nuclear pakistaní” y que posteriormente difundió información a países como Irán, Corea del Norte y Libia. Estados Unidos se opone a esta liberación pero no ha cuestionado al Gobierno pakistaní por ella.

Dentro de toda esta maraña, un apunte más. Curiosamente, los medios de comunicación han aumentado en las últimas semanas las noticias negativas acerca de Afganistán. Antentados, mayor amenaza talibán, la nueva ley que “legaliza las violaciones de mujeres en el matrimonio”. Imágenes de sensacionalismo morboso como la de “unos hombres dando latigazos a una adolescente” aparecen para recordarnos “lo mala malísima” que es la situación en el país. Sin decir que sean del todo falsas, ¿a nadie le recuerda esta propaganda mediática a la de 2003…en Irak? Algo huele a chamusquina…..