Todoestaconectado y no pretendo hacer publicidad de ningún medio de comunicación; no me pagan por eso (no me pagan, a secas) pero es que es un hecho cierto y fácil de comprobar. Hace unos minutos andaba yo pensando en el creciente sensacionsalismo de los medios de comunicación después de haber leído el blog de un nuevo colega de trabajo (de "prácticas" quiero decir, a veces me emociono en exceso). Disertaba acerca de las cada vez mayores similitudes entre nuestro sistema mediático y el de EEUU, al que tanto hemos criticado desde la mirada peyorativa del que se cree superior.
Pensaba yo en estas cosas mientras enredaba por internet cuando de repente, casualidades de la vida, me topo con la fotografía de un bebé recién nacido a cuyo lado habían colocado un bolígrafo que era de su mismo tamaño. El pie de foto decía: "Igual que un bolígrafo". La noticia es esa: el bebé nacido (vivo) más pequeño del mundo. Lo verdaderamente relevante, lo siguiente: ¿no se supone que la imagen de la infancia debe estar protegida especialmente, y su dignididad e intimidad respetadas?
No para este bebé, de quien los medios de comunicación sacan rendimiento económico (o de audiencias, que es lo mismo) como si de un mono de feria se tratase. Unos minutos antes había visto esta misma noticia en otro medio, pero la fotografía sólo dejaba ver los pies del pequeño sostenidos por unas manos, con lo que la comparación ya estaba servida sin tener que caer en el amarillismo barato del que Hearst era experto.
¡DIOS! He vuelto a mirar la página en cuestión y me he encontrado con que han hecho una fotogalería del bebé. No quería poner enlace por no darle carrete a la acción de este medio, que solía respetar bastante, pero creo que hay que verlo para comprender la indignación que muestro.
No digo nada más: las audiencias mandan.
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