"Qué ganas de no verte más..."
¡Cómo puede estar en crisis el cine español, siendo nuestro país prolijo en materia bruta para todo argumento! Tenemos de todo: terror, drama, comedia…
Relatemos hoy, por ejemplo, una comedia. El timo de las compañías de telefonía móvil. Ahí va la trama: El Gobierno crea una Ley de Defensa del Consumidor que obliga a dichas empresas a eliminar el redondeo al minuto de los precios porque es una clara estafa al usuario. ¡Bien por el Gobierno! Todos alabamos esta medida y pensamos “¡Chúpate esa, Movistar!” Acto seguido, respuesta de los magnates de la comunicación: Aumentan sus tarifas un 25% para recuperar los beneficios que perderán con la mencionada ley. “¡Ooops!” El consumidor se queda con cara de tonto, perplejo e inmóvil como el viandante al que le desvalijan la cartera y el Rolex al grito de “¡La bolsa o la vida!”
Relatemos hoy, por ejemplo, una comedia. El timo de las compañías de telefonía móvil. Ahí va la trama: El Gobierno crea una Ley de Defensa del Consumidor que obliga a dichas empresas a eliminar el redondeo al minuto de los precios porque es una clara estafa al usuario. ¡Bien por el Gobierno! Todos alabamos esta medida y pensamos “¡Chúpate esa, Movistar!” Acto seguido, respuesta de los magnates de la comunicación: Aumentan sus tarifas un 25% para recuperar los beneficios que perderán con la mencionada ley. “¡Ooops!” El consumidor se queda con cara de tonto, perplejo e inmóvil como el viandante al que le desvalijan la cartera y el Rolex al grito de “¡La bolsa o la vida!”
A esta comedia no le faltan ingredientes. Tenemos el pícaro, el tonto del pueblo objeto de toda fechoría y, sobre todo, la autoridad incompetente, tipo Jefe Wiggum (el poli torpe de los Simpson) que contempla con cara de pasmado cuanto crimen pasa ante sus ojos. Me refiero a ese dúo Pimpinela que tenemos por Gobierno-Oposición. El “hazme reír” de toda Europa y demás continentes; el dúo que, cual matrimonio en plena crisis conyugal, se dedica a tirarse los trastos a la cabeza en lugar de atender las quejas del crío, que llora desconsolado porque los niños de su cole le pegan y le quitan la merienda.
Estos papas cometen un error común. Nos ponen prohibiciones que resultan de lo más ineficaces y, en cambio, no actúan cuando de verdad son necesarios. Así, nos echan la regañina cuando nos pillan el cigarro en la mano y nos prohíben beber, sin saber (o peor, sabiéndolo) que enseguida beberemos y fumaremos a sus espaldas. Y, en cambio, hacen caso omiso al abuso del matón del recreo, que nos quita el bocata o nos “cobra” un “impuesto” por quedarnos con él.
¡Así de paradójica es la actuación de la foca que aplastó a sus crías por protegerlas del frío! Sólo que esta foca nos tapa cuando hace calor y nos deja a la intemperie cuando el frío arrecia. ¿No tenemos un Gobierno de izquierdas? ¿No interviene éste para “cuidar de nuestra salud” y para “proteger a nuestras empresas de las OPAs extranjeras? ¡Pues que intervenga ahora ante el abuso de los matones nacionales! Movistar, Orange y Vodafone, “y otras chicas del montón” que diría Almodóvar, campan a sus anchas, teniendo al consumidor cogido por donde más duele y con impunidad absoluta.
¡Yo quiero que mi Gobierno intervenga! ¡Yo quiero que la oposición sea más productiva y corrija los errores del Gobierno, en lugar de perder el tiempo en avivar teorías conspiratorias y odios fraticidas!
Toda de mí, comienzo hablando de una comedia y termino exigiendo una película infantil, tipo “Alicia en el país de las maravillas”…
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